Bellamy Hunt lanza su propio carrete: JHC StreetPan 400

Se ha comentado ya varias veces aquí: desde que cayó el telón de acero y llegó la crisis analógica algunos empresarios avispados vieron en fábricas del mundo comunista un modo de poner en el mercado películas baratas pero que, para ocultar su mediana calidad, publicitaban como de "estilo clásico", "retro", etc.

Yo también fui víctima del espejismo y piqué aunque, como señala el compañero Fotogramos, la venda se cae cuando coges la película y la sometes al "detector de mentiras", o sea, el densitómetro. Por mucho que diga el paquete, el fabricante o los que cobran de estas cosas por difundir en internet, la verdadera identidad de una emulsión fotográfica te la da el test científico y no las imágenes que puedan tomarse con ella. De hecho en la densitometría no hay imágenes sino densidades en respuesta a la luz.

Ahí las películas cantan por soleares y es la única manera de saber qué cosas podemos y no podemos hacer con ellas. Lo he dicho unas cuantas veces pero voy a repetirlo una más: Kodak comercializa bajo la denominación "Tri-X" películas que no tienen gran cosa que ver entre sí, que son diferentes películas, vaya.

Y si nos centramos en el 35mm han ido cambiando la película cada cuatro o cinco años sin cambiarle el nombre. Así que si te crees que estás usando la misma película que tal o cual fotógrafo porque en ambas cajas pone Tri-X lo llevas claro.

Por último, ¿por qué no me gustan las películas de grano T? No son malas, ni mucho menos. Incluso en alguna cosa son mejores que las clásicas como, por ejemplo, la respuesta a la ley de reciprocidad. Coge un Tri-X y trata de ajustar una exposición correcta para una toma de, digamos, 5 minutos. Verás dónde te lleva. Sin embargo un T-Max tiene una respuesta muy buena en exposiciones largas. Si alguna vez habéis hecho tomas nocturnas con trípode sabéis de lo que hablo. Pero volviendo al principio: no me gustan por la regularidad, precisamente, de su grano que produce unos positivos muy planos -para mi gusto- y con aspecto plasticoso.

Alguno de vosotros se preguntará: si sabemos que un Tri-X de los años 60 era una maravilla y papeles como el Agfa Record Rapid o el Kodak Brovira no han vuelto a ser igualados ni de lejos, ¿no se pueden volver a reproducir sus características? Mi respuesta es que sí pero con una gran inversión porque la maquinaria y utillaje de esos productos ya no existe y ¿cuál sería su mercado hoy en día? Que nos estén vendiendo que el papel ex-soviético es igual de bueno o mejor que aquello viene a ser como decir que la fábrica Zeiss que quedó tras el telón de acero fue capaz de seguir fabricando con la misma calidad que la Zeiss del mundo libre antes de que fuera absorbida por los japoneses. Ni de coña.

Sin que nadie se moleste: nunca he entendido el porqué del prestigio de Valentín Sama. Me parecen muy insustanciales sus análisis y parece incapaz de tener una opinión propia. Cuando parece tenerla suele ser un "doblaje" de la de otros autores.