Bruno, hombre, es que yo lo que veo es que la fotografía te gusta pero como te pueden gustar otras cien cosas, lo tuyo es la historia de un trueque y de una negociación, que no digo yo que no seas un genio y acabes siendo un artista de la fotografía... pero esto que cuentas no es la historia de un fotógrafo, es la historia de un empresario o de un comerciante, y en el fondo tu frustración viene, me aventuro, de que no paras de calentarte la cabeza persiguiendo algo que te has autoconvencido de que amas pero que no es así, como quien se casa con una amiga sin que haya una pasión sexual que acompañe a esa amistad. Yo, a pesar de algún calentón contigo, que seguro que recuerdas, creo que eres buena persona, tal vez algo informal a veces pero bueno en esencia, si no jamás se me ocurriría decirte nada, y lo que te digo es, deja de calentarte y haz algo, lo que sea, porque esto tuyo no tiene nada que ver con la fotografía. Menos palabra y más acción hombre, que no es para tanto.
El "consejo a Bruno" en este foro es como el tiro de los aros en las ferias de los pueblos: se repite periódicamente. Bruno ha quemado muy deprisa todas las etapas pero no fotográficamente sino "cacharreramente". No es lo mismo.
Las cámaras, como las personas, son "frías" y "calientes". Las segundas todos las conocemos: presentan señales de uso por todas partes, se nota que el fotógrafo nunca pensó venderla cuando se hizo con ella. Las cámaras "frías" dan pena, se ve que no tienen uso, que no hay nadie que les dé esa caña que tanto les gusta y agradecen.
Yo siento aprecio por Bruno, a qué ocultarlo, y creo que posee grandes dotes para lo que sea pero debe encontrarse, definir qué y quién quiere ser. No sé si recordáis el argumento del Peer Gynt: el personaje gasta su vida buscándose para terminar descubriendo que siempre estuvo presente, en cada acto de su existencia. La gente le cuelga la frase feliz a Lennon pero no, la idea es de Ibsen.
En fin, Bruno: haz lo que quieras pero sé feliz. Sólo tienes esta vida para serlo y pasa a toda leche. Cuando te quieras dar cuenta ya sólo te quedan unos telediarios.
If you think it’s all been done, you’re not looking very hard, you’re not thinking very hard.
Ya que la presencia femenina aquí es nula, trataré de poner mi grano de arena. No conozco a Bruno pero por casualidad estando en Londres apunté con mi cámara a un tipo que llevaba al cuello una Rolleiflex. Me encantaba esa cámara, estéticamente es preciosa y bueno, ahí quedó la imagen, en el disco duro de mi ordenador.
Al volver a casa y meterme en el foro, la casualidad me hizo saber que aquel tipo de Londres, sin ninguna pinta de inglés, era Bruno. Le envié su foto de recuerdo a través del foro y desde entonces he seguido su "mercadeo" fotográfico y sus comentarios con mucho interés porque siempre me preguntaba cómo lo hacía o si simplemente tenía mucho dinero para invertir en esto.
No soy quien para dar consejos a nadie, no me encuentro capacitada para ello. Tan sólo quería transmitirte un poco de ánimo en estos momentos de oscuridad. De modo que hagas lo que hagas abre bien el obturador y hazlo lo mejor que puedas siempre. Todo lo demás llegará sin necesidad de buscarlo. Para mí queda la imagen de aquella mañana callejeando por Londres, de alguien con un Rollei. Cuando vuelva dentro quince días la ciudad me parecerá un poco más vacía.
Apenas empiezo por aquí, creo que este es, de hecho, mi primer mensaje. Leí como si de un presagio o de una crónica de una muerte (la mía) anunciada, el desahogo de alguien llamado Bruno y el arsenal de palabras animosas y consejos de buena voluntad que le siguieron hasta completar doce páginas, a estas alturas, de puro consuelo y comprensión. Pero justamente, al final, Acile (Teresa) da testimonio de aquello que siempre decimos; el mundo es un pañuelo. Fotografiado en Londres con una Rolleiflex, un fotógrafo español casi en su agonía motivadora y creativa. Lo identifica y se la hace llegar.
No conozco a nadie por aquí y pocos por allá, pero esta historia, la historia de muchos de nosotros, tanto en la fotografía, como en la vida, no deja de ser conmovedora y me acerca para dejarme contagiar por toda esta brisa de esperanza fresca.
Ánimo Bruno, seguro que a estas alturas, a pesar del desánimo te habrá llegado algo de lo que trato de explicar aquí.
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