"No me hagas fotos"

Yo adopto cuando fotografío muchos roles diferentes, según la ocasión y circunstancias. Puedo aparentar ser un turista con sonrisa imbécil y una incomprensión absoluta de lo que me están gritando o puedo ser el tipo más simpático del mundo (actuando muy asertivamente). Cuanto más peligroso es el momento (para un fotógrafo no de guerra, o sea, que te den unas ostias o te roben o rompan la cámara) menos me hago el listo tratando de pasar desapercibido.
En la escena siempre hay alguien que te observa, aunque tú no lo veas. Muchas veces te das cuenta cuando ves la imagen a posteriori. El ballet que montaba Cartier-Bresson (como tantas cosas suyas) era para la galería. Lo mejor que sabía hacer, aparte de disparar más rápido que nadie, era quedarse por los alrededores de una posible escena con una paciencia infinita, mirando aparentemente todo lo que no le importaba.

Siempre respeto la dignidad de las personas que aparecen en mis fotos. Como podéis imaginar, he tenido muchas ocasiones de fotografiar a personas en situaciones indignas o comprometedoras para ellas pero creo no haberlo hecho nunca.

He visto perder los papeles a muchos fotógrafos é incluso he visto publicados trabajos que nunca debieron publicarse.