En defensa de lo argéntico

No seré yo quien se meta con la fotografía analógica en color pues merece todos mis respetos, y más a la vista de sus pasado. Hasta el propio Edward Weston hizo unos ensayos, tímidos y escasos, alentado por la Kodak de aquellos años. Ha habido, y hay, muy buenos fotógrafos documentalistas en color analógico, aunque es cierto que actualmente todos o casi todos están en transición hacia el digital.

No, lo que yo quiero es defender la fotografía argéntica, la que se basa en una emulsión de gelatina cargada de haluros de plata depositada sobre una capa de acetato o poliester.

Hoy, viendo esos viradores a blanco y negro digitales tan estupendos, uno se sentiría tentado a mandar todo al carajo y dedicarse en exclusiva a lo digital, seleccionando después lo que va a color o lo que va a blanco y negro.

hace ya bastantes años que un zascandil que nunca ha hecho una foto buena en su vida pero que está muy puesto en tecnología digital, se burlaba al verme con una cámara analógica, diciendo: "¿Todavía andas con eso?" -como si uno fuera un hombre de las cavernas o un hotentote perdido en la selva. Al decirle que yo continuaba con la película en blanco y negro me replicó, muy satisfecho y encantado de haberse conocido: "Yo tiro en color y tengo las dos cosas".

Uno se calla porque bastantes enemigos tiene por no haber sabido reprimir el mal genio cuando se encuentra ante un tocapelotas pero era como para haberle dicho: "Sí, tienes dos mierdas, una en color y otra en blanco y negro".

Pero superemos la anécdota personal y seamos realistas: es cierto que ya no se puede uno esconder detrás de la mayor calidad del analógico. Esos tiempos pasaron. Así pues, ¿por qué seguir trabajando con película, manejando lo imprevisto, usando un cuarto oscuro y confiando nuestras imágenes a esa emulsión con haluros de plata que citaba al principio?

Yo me doy algunas razones aunque no quiero convencer a nadie. Primero porque me gusta, porque me agrada la forma en que quedan esos haluros de plata cuando pasan al papel mediante la luz de la ampliadora. Segundo porque esa parte alquímica de la fotografía me complace mucho, ese no saber lo que tienes en el carrete, si lo pillaste o no. Tercero porque hay pocos placeres comparables a ver cómo va emergiendo la imagen sobre papel, en la luz de seguridad del laboratorio, con nuestros ojos acostumbrados por la práctica a descifrar el más mínimo matiz con tan escasa luz. Por la calidad del papel fotográfico baritado, ver cómo sube la imagen cuando está seco (el dry down con el que debes contar) y finalmente cuando lo ves planchado y terminado, la magia que desprende, ése hálito de obra hecha con tus manos que no tiene lo digital.

Es cierto que lo digital queda muy bien, que ya se puede imprimir sobre papel baritado en blanco y negro y -dicen- que los resultados son indistinguibles. Falso, se distingue perfectamente porque el haluro de plata tiene otra manera de recoger la luz y de transmitírnosla. Es la diferencia entre una imagen muerta y otra que palpita y vive. La digital es cosa mecánica, la otra es cosa tuya, hecha con tus manos. Has sido tú quien ha buscado el tiempo de exposición, quién ha tomado todas las decisiones (dónde hacer reservas, dónde hacer quemados, qué es lo que mejor conviene a cada imagen, qué papel, qué virado, qué aspecto definitivo. En fin, no me pongo pesado y por esa idea mía de una vela a Dios y otra al diablo yo seguiré haciendo el blanco y negro en analógico y el color en digital.

Salud.

Estoy de acuerdo: lo ideal es montarse un laboratorio fijo, en una habitación que no sirva para otra cosa. Entonces lo puedes planificar bien, dividirlos en dos grandes zonas, seca y húmeda (una para positivar, cortar y tener papeles, etc, y la otra para las cubetas, revelado, secado, etc.

Es bastante más fácil de lo que se dice pero hay que hacer una pequeña inversión, aunque si eres mañoso te puedes montar tú mismo la pila húmeda. Tengo amigos que se han montado laboratorios estupendos por poco dinero aunque algo hay que gastar (luces de seguridad, instalación de agua caliente y fría, nevera con congelador, caja de luz, ampliadora, lupa de enfocar para la ampliadora... etc.

Ahora es barato montárselo porque nadie quiere nada de todo esto y va tirado de precio. Puedes comprar ampliadoras (Durst, DeVere...) completamente profesionales a precios de risa. Yo sé de uno que regalaba un procesador Jobo ATL con tal de que te lo llevaras porque le estorbaba. Yo no lo traje porque tengo el mío y no me cabía un segundo.

Ni os quiero contar en Inglaterra, que es donde yo compré mi ampliadora, una máquina que costaba varios millones de pesetas en su día, por el equivalente a unas doscientas mil, nueva y recién ajustada, con toda la gama de objetivos desde 35mm a 20x25cm.

Por lo que nos gastamos en una MP se puede montar un laboratorio estupendo.