Entrevista a Cristóbal Hara en FullFrame

El trabajo de los toros me encanta. Es muy difícil abordar un tema desde un calidoscopio de puntos de vista diferentes y mantener un discurso unitario y más cuando juegas permanentemente con el feísmo y el esteticismo de los toros. Algunas de ellas son sin lugar unas fotazas pero lo realmente difícil es encontrar y realizar un trabajo sobre un tema con un discurso muy claro y que en su conjunto sea mejor que cualquiera de las fotos.

No creo que se puedan dejar de lado los afectos personales, por muy buena voluntad que se ponga, así que no vale la pena entrar en tal jardín. Además, el compañero Santiago Íbero ha descrito la obra famosa de Hara con una pulcritud tan fina como si me estuviera leyendo el pensamiento.
A cada uno le gusta lo que le gusta, lo penoso es despreciar lo demás. Fue Avedon quien dijo de Bresson que había sido el mejor fotógrafo del Siglo XX. A mí me encanta Leónard Misonne, pero no pretendo que sea mejor que nadie. Hay cosas que son objetivas y hay que saber distinguir entre el gusto subjetivo y la realidad.
Menospreciar a Bresson es una forma como otra cualquiera de hacer el ridículo. Decir que sus imitadores fueron mejores que él, no llega a chiste.
Tampoco es verdad que el artista mate al padre para superarle. Yo diría que sucede justo al revés. Cuando Avedon dice de Bresson que es el mejor, o cuando Goethe habla en términos todavía mayores de Shakespeare en sus conversaciones con Eckermann, demuestran con su humildad una grandeza superior y mucho más profunda que quienes desestiman al precedente de referencia, desdeñándole. Mozart admiró a Bach contra la corriente dominante de su tiempo que lo consideraba "pasado de moda". Ahí está el sello del verdadero artista. La muerte del padre no participa para nada de eso, pues en el fondo sólo genera sentimiento de culpa y, como ya explicó el propio Freud, "malestar en la cultura".
Dejemos a Bresson en su sitio, y quien quiera defender la obra de Hara, seguro que lo podrá hacer por sus propios valores.