No, no tiréis las analógicas por que van a volver.

Un buen amigo mío, gran técnico fotográfico y notable coleccionista, lleva años diciendo lo mismo que tú dices: antes o después inventarán un sistema que permita aprovechar todas estas maravillas que la fotografía analógica llegó a poner a punto. No exactamente un respaldo o un sensor sino algún tipo de película que pueda ser revelada digitalmente al instante.

La pregunta es: ¿estará dispuesta la gente que mueve los hilos a malherir a la gallina de los huevos de oro con un invento semejante? Citas el motor de agua y, como ya tengo años, lo recuerdo perfectamente: funcionaba y luego se silenció. Tengo un hijo que es doctor en ciencias físicas; alguna vez le he preguntado por la posibilidad o por si era un bluff y me ha contestado que, científicamente, es posible porque bastaría con utilizar el hidrógeno presente en el agua. Otra cosa sería cómo lograrlo.

Algunos de vosotros lo sabréis: en el terreno de la fotografía digital de gran formato la delantera no la llevan los sensores (que tienen los días contados y los fabricantes lo saben) sino un sistema completamente diferente que parte del principio del escaner. Imaginad un pequeño escaner dentro de la cámara que va escaneando lo que aparece a través de la lente. De momento tienen algunos problemas derivados de la velocidad de escaneo y se está aplicando sobre objetos o escenas inmóviles, tales como reproducción de obras de arte o bodegones. La nitidez y fidelidad son muy superiores a las obtenidas con un sensor convencional. No sabemos si será el futuro porque depende de que se quiera desarrollar a fondo. En otras palabras, de que se quiera invertir dinero en serio en el desarrollo.

Todo está abierto y todas las opciones me parecen respetables siempre que se trabaje con criterio y seriedad, desde el amigo fiel a la película que no quiere ni oír hablar de lo digital hasta el que ha liquidado todos sus equipos para digitalizarse. Estoy convencido de que lo que tenemos entre las manos no es la palabra definitiva sino una transición a algo mejor y con menos limitaciones.

Hombre, yo también he pateado media España con una credencial de Geo y una cámara de 20x25. Sólo que a mí no me pagaban ni un duro. Fue en el tiempo en el que David Corral era director.

Lo que llamas "profesional" (tú lo sabes igual que yo) no es lo mejor de la fotografía sino sólo aquellos que, como bien dices, pagan las facturas con ella. De esos cada vez hay menos y estudios muy prestigiosos en el mundo de la publicidad o la moda han tenido que cerrar o apretarse los machos. La foto digital ha traído la ruina a buena parte de los fotógrafos comerciales.

En el pasado se confundían unos y otros (documentalistas y comerciales) en el sentido de que podían vivir de su oficio pero ahora la mejor fotografía la hace gente que se dedica a otras cosas, bien a enseñar o cualquier otro quehacer. Nada tiene de raro si pensamos en los escritores, que han sufrido una transformación parecida.

Sí, llevas razón: de pronto cualquiera podía hacer un trabajo (aunque luego fuese una chapuza). El asunto era ahorrar costes y salir del paso. Qué lejos aquellos tiempos en que una fotografía de calidad sólo podía hacerla quien sabía.

Amigos he tenido que facturaban ocho o diez millones de pesetas cada mes y que hoy no facturan nada, cero. Más nos vale adoptar -quien pueda- el modelo HCB: ir por el mundo de dandy con tu pequeña cámara y un puñado de películas en el bolsillo.

Es que pasa una cosa, amigo Distinto: Cuba para mí es color. Las armonías de color más bellas que he visto hasta ahora en cuantos países he recorrido. Algunos fotógrafos han hecho trabajos estimables sobre Cuba en b&n, como Juan Manuel Díaz Burgos, pero les sale una Cuba excesivamente dramática, torva. Algo que no es, a pesar de la pobreza -inmensa- en que la vida se desenvuelve. Los cubanos son alegres, con gran sentido del humor y espantan los males riendo.
La atmósfera cromática es una gozada para los ojos, los colores en la sombra son para morirse.
No veo aquello en b&n, querido amigo.

Lo he leído y no estoy de acuerdo. Creo que es un asunto de visión personal, de cómo ve cada uno las cosas. A mí Europa me pide el blanco y negro, tal vez por esa grisura monótona, pero no me ocurre lo mismo con el Caribe. Pero si la vida allí es una explosión y la belleza de la piel humana, llena de matices, una gloria bendita.