Daido Moriyama
- jmtroyano
- Autor del tema
- Fuera de línea
- Leicanista Amateur
Menos
Más
- Mensajes: 35
- Gracias: 10
8 años 9 meses antes #1
por jmtroyano
Daido Moriyama Publicado por jmtroyano
El siguiente usuario dijo gracias: JSANZM, Cicu
Por favor, Identificarse o Crear cuenta para unirse a la conversación.
- Lluis Abad
- Fuera de línea
- Leicanista Maestro
Menos
Más
- Mensajes: 2243
- Gracias: 449
8 años 9 meses antes #2
por Lluis Abad
Respuesta de Lluis Abad sobre el tema Daido Moriyama
En verdad que lo es; hace tiempo que adquirí: "Reflection and Refraction" y es uno de los tantos que tiene, para tener al lado de la cama y deleitarse.
Gracias por el aporte.
Lluis Abad
Gracias por el aporte.
Lluis Abad
Por favor, Identificarse o Crear cuenta para unirse a la conversación.
- exemepe
- Fuera de línea
- Leicanista Amateur
Menos
Más
- Mensajes: 28
- Gracias: 4
8 años 9 meses antes #3
por exemepe
Respuesta de exemepe sobre el tema Daido Moriyama
Fantástico artículo. Gracias por compartirlo...
Por favor, Identificarse o Crear cuenta para unirse a la conversación.
- Santiago Ibero
- Fuera de línea
- Leicanista Medio
Menos
Más
- Mensajes: 197
- Gracias: 101
8 años 9 meses antes #4
por Santiago Ibero
Respuesta de Santiago Ibero sobre el tema Daido Moriyama
A mí, Moriyama me resulta tan hermético como los haiku japoneses o, mejor dicho, como todo lo japonés. Al parecer, los marineros del acorazado Yamato, cantaban un himno que rezaba así:“el corazón del Yamato es como la flor del cerezo en primavera” (?) No es que desdeñe la cultura japonesa, es que me resulta ajena e incomprensible.
Las fotografías de Moriyama se caracterizan por su estética feísta, y por un contenido entre inquietante y banal. Banalidad que se ve superada por su propio feísmo.
Como sabemos, no se puede ser sublime sin interrupción (Baudelaire) , así que la fotografía compulsiva, frenética, poco meditada, puede producir resultados sorprendentes, pero estos suelen perderse entre la hojarasca. La superabundancia de la obra de Moriyama me resulta abrumadora, mareante casi. En otras palabras, no sé cómo hincarle el diente.
Se le ha comparado con William Klein, pero este, con toda su carga formalmente transgresora, a mí me resulta cercano, casi amable. A su lado, Moriyama es como un puercoespín.
Yo le veo algunos puntos de comparación con Juan Colom. Moriyama siente predilección por los bajos fondos, y a menudo dispara disimuladamente, sin usar el visor. Colom, por su parte, fotografió el Raval blenorrágico, de gomas y penicilina, de los años sesenta. Una Barcelona con olor a meados. También disparaba sin usar el visor, y desde luego, reencuadraba las fotos sin contemplaciones (naturalmente que sí). Hoy sorprende la candidez de la gente, que no se percataba de que Colom estaba tomando fotos (ahora todos están a la que salta, la gente ya se sabe). Parece ser que el pobre Juan Colom fue demandado por una de las lumias a las que fotografió, y aunque fue absuelto, se llevó tal disgusto que dejó de fotografiar durante años. Moriyama ha sido agredido y amenazado en sus andanzas por los bajos fondos, y parece que arrastra una historia de drogodependencia, así que su parecido con Colom (un pacífico contable) , se limita a lo fotográfico. Aún así, las fotografías de Juan Colom, con toda su sordidez, me resultan casi entrañables, al lado de las de Moriyama.
Las fotografías de Moriyama se caracterizan por su estética feísta, y por un contenido entre inquietante y banal. Banalidad que se ve superada por su propio feísmo.
Como sabemos, no se puede ser sublime sin interrupción (Baudelaire) , así que la fotografía compulsiva, frenética, poco meditada, puede producir resultados sorprendentes, pero estos suelen perderse entre la hojarasca. La superabundancia de la obra de Moriyama me resulta abrumadora, mareante casi. En otras palabras, no sé cómo hincarle el diente.
Se le ha comparado con William Klein, pero este, con toda su carga formalmente transgresora, a mí me resulta cercano, casi amable. A su lado, Moriyama es como un puercoespín.
Yo le veo algunos puntos de comparación con Juan Colom. Moriyama siente predilección por los bajos fondos, y a menudo dispara disimuladamente, sin usar el visor. Colom, por su parte, fotografió el Raval blenorrágico, de gomas y penicilina, de los años sesenta. Una Barcelona con olor a meados. También disparaba sin usar el visor, y desde luego, reencuadraba las fotos sin contemplaciones (naturalmente que sí). Hoy sorprende la candidez de la gente, que no se percataba de que Colom estaba tomando fotos (ahora todos están a la que salta, la gente ya se sabe). Parece ser que el pobre Juan Colom fue demandado por una de las lumias a las que fotografió, y aunque fue absuelto, se llevó tal disgusto que dejó de fotografiar durante años. Moriyama ha sido agredido y amenazado en sus andanzas por los bajos fondos, y parece que arrastra una historia de drogodependencia, así que su parecido con Colom (un pacífico contable) , se limita a lo fotográfico. Aún así, las fotografías de Juan Colom, con toda su sordidez, me resultan casi entrañables, al lado de las de Moriyama.
Por favor, Identificarse o Crear cuenta para unirse a la conversación.
Tiempo de carga de la página: 0.099 segundos