La elegancia del histograma

Dice Mellado en su libro que, en realidad, no deberíamos mirar a la realidad sino a nuestro histograma y habla de una supuesta "elegancia del histograma", que sería, según él, un histograma en forma de monte bien centrado que alcanza la zona de altas luces sin superarla (sin quemados) y la de sombras, sin acumular demasiada información en esa zona.

Todo eso está muy bien pero en la práctica la realidad es tan obstinada como los hechos y se presenta como se presenta. A veces, en situaciones de contraste medio, puedes obtener un histograma parecido al descrito por Mellado pero lo normal con buen tiempo, aquí en el Sur, son situaciones de muy alto contraste donde tienes que elegir entre las luces y las sombras porque ambas juntas superan con mucho el rango dinámico de la cámara.

Si estuvieras haciendo arquitectura, por ejemplo, no habría problema: haces dos tomas, una para las sombras y otra para las luces y en el ordenador las pones de acuerdo, bien mediante un programa dedicado al HDR bien mediante Photoshop. El propio Mellado lo recomienda y pone ejemplos en su manual.

Pero la fotografía en la calle es otra cosa: si sólo pudieras trabajar cuando tu histograma aparece perfecto no podrías hacer la mayor parte de las fotos. Y está el problema de la gente moviéndose y el hecho de que para un buen HDR hay que usar trípode y hacer las tomas rápido, antes de que las nubes cambien levemente su posición. Si tenemos gente en la toma, olvídate de un HDR y concéntrate en las luces, después ya intentarás recuperar en parte las sombras. No hay nada más feo que una foto en color en la que las luces aparecen quemadas.

Otra cosa es que fotografíes para luego transformar la imagen hasta tal punto que los datos de la realidad no sean relevantes. Puede estar bien pero eso ya no entra dentro de las características de la fotografía documental sino de las estrategias de la foto publicitaria.