Violencia y muerte el fotoperiodismo
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10 años 8 meses antes - 10 años 8 meses antes #1
por Daniel
"Realizar fotografías simples de sujetos simples hechas con precisión y minuciosidad, de forma honesta, objetiva y humilde".
Leica M8; objetivo Zarl Zeiss Biogon 35mm f/2.8 T* ZM. Segunda cámara: Leica X 113. Y todo lo que pille para hacer lo que quiero hacer....
Violencia y muerte el fotoperiodismo Publicado por Daniel
ddfv.ufv.es/bitstream/handle/10641/338/Lopez_14_03.pdf?sequence=3
"Antropológicamente el hombre desarrolla su inteligencia gracias a su curiosidad, pero
puede degenerar en una perversión cuando es gratuita: el vouyerisrno. El dilema que se debe plantear dentro de la actual civilización de la imagen no sólo es si es ético o no que los informadores registren todo sin criterio alguno, sino si es ético además mostrarlo al público.
El exceso de imágenes explícitas insensibiliza: "El sobresalto ante atrocidades fotografiadas se desgasta con la repetición, tal como la sorpresa y el desconcierto ante una primera película pornográfica se desgastan cuando se han visto unas pocas más" (Sontag, 30).
Devaluamos el poder de las imágenes. Quizá no se trate tanto de no exhibirlas nunca, como de no abusar convirtiendo los medios en un mero show.
Este tipo de fotografía extrema, en su contemplación nos lleva a despersonalizar
nuestra relación con el mundo, "además de estimular nuestro sentido voyeurista, anestesiando nuestros sentimientos" (Clark, 129), tal y como esta misma autora señala, la muerte, al ser contemplada como un tabú, como una inmerecida desgracia, es contemplada sobre todo en Estados Unidos con una desaforada curiosidad. Su contemplación supondría psicológicamente una autopotenciación de lo vital frente a la desaparición, un sentirse a salvo frente a la propia muerte…."
"…..El falaz argumento que muchos profesionales esgrimen para mostrar estas imágenes
explícitas, es el del derecho a la información en sociedades democráticas adultas donde los individuos no precisan de un censor para su virginal mirada. Pero esto conlleva a la paradoja que Sontag denuncia que se ha venido dando en las Últimas décadas: "la fotografía comprometida a contribuido a adormecer la conciencia tanto como a despertarla (Sontag, 31)…."
El hecho de que la presencia de un fotógrafo, como divulgador universal, puede en
muchos casos llevar a teatralizar y explicitar claramente la violencia frente al opositor, frente al que se protesta. La responsabilidad entonces es del fotógrafo, porque sin darse cuenta él es el generador de una violencia innecesaria y ritual. El caso más famoso y éticamente aleccionador de optar por no retratar el horror, haciendo el juego a los inhumanos verdugos, lo encontramos en los tembles acontecimientos que tuvieron lugar en Dhaka en 1971.
Los paracaidistas indios bajo la mirada enfervorecida de unos bengalíes recién
liberados del ejercito paquistaní, ensartaba a bayonetazos a unos colaboradores del invasor expulsado. Había cinco fotógrafos, y uno de ellos -Marc Riboud- se negó a registrar la exhibición de ejemplificante crueldad que India lanzaba a sus enemigos externos.
En este caso el argumento de registrar para denunciar -para posicionarse- puede ser ambiguo, pues el fotógrafo puede tener en sus manos el infinito poder de interceder por las victimas en vez de encuadrarlas. "El fotoperiodista tiene que tener siempre conciencia clara de que su preocupación principal no ha de ser la dimensión tecnológica del proceso fotográfico. Sobre todo cuando hay de por medio personas sufrientes. El fotógrafo tiene que ser sensible al dolor humano o, de lo contrario, pierde la oportunidad de aprender y enseñar a ser más humanos" (Blázquez, 271).
FUENTE:http://ddfv.ufv.es/bitstream/handle/10641/338/Lopez_14_03.pdf?sequence=3
"Antropológicamente el hombre desarrolla su inteligencia gracias a su curiosidad, pero
puede degenerar en una perversión cuando es gratuita: el vouyerisrno. El dilema que se debe plantear dentro de la actual civilización de la imagen no sólo es si es ético o no que los informadores registren todo sin criterio alguno, sino si es ético además mostrarlo al público.
El exceso de imágenes explícitas insensibiliza: "El sobresalto ante atrocidades fotografiadas se desgasta con la repetición, tal como la sorpresa y el desconcierto ante una primera película pornográfica se desgastan cuando se han visto unas pocas más" (Sontag, 30).
Devaluamos el poder de las imágenes. Quizá no se trate tanto de no exhibirlas nunca, como de no abusar convirtiendo los medios en un mero show.
Este tipo de fotografía extrema, en su contemplación nos lleva a despersonalizar
nuestra relación con el mundo, "además de estimular nuestro sentido voyeurista, anestesiando nuestros sentimientos" (Clark, 129), tal y como esta misma autora señala, la muerte, al ser contemplada como un tabú, como una inmerecida desgracia, es contemplada sobre todo en Estados Unidos con una desaforada curiosidad. Su contemplación supondría psicológicamente una autopotenciación de lo vital frente a la desaparición, un sentirse a salvo frente a la propia muerte…."
"…..El falaz argumento que muchos profesionales esgrimen para mostrar estas imágenes
explícitas, es el del derecho a la información en sociedades democráticas adultas donde los individuos no precisan de un censor para su virginal mirada. Pero esto conlleva a la paradoja que Sontag denuncia que se ha venido dando en las Últimas décadas: "la fotografía comprometida a contribuido a adormecer la conciencia tanto como a despertarla (Sontag, 31)…."
El hecho de que la presencia de un fotógrafo, como divulgador universal, puede en
muchos casos llevar a teatralizar y explicitar claramente la violencia frente al opositor, frente al que se protesta. La responsabilidad entonces es del fotógrafo, porque sin darse cuenta él es el generador de una violencia innecesaria y ritual. El caso más famoso y éticamente aleccionador de optar por no retratar el horror, haciendo el juego a los inhumanos verdugos, lo encontramos en los tembles acontecimientos que tuvieron lugar en Dhaka en 1971.
Los paracaidistas indios bajo la mirada enfervorecida de unos bengalíes recién
liberados del ejercito paquistaní, ensartaba a bayonetazos a unos colaboradores del invasor expulsado. Había cinco fotógrafos, y uno de ellos -Marc Riboud- se negó a registrar la exhibición de ejemplificante crueldad que India lanzaba a sus enemigos externos.
En este caso el argumento de registrar para denunciar -para posicionarse- puede ser ambiguo, pues el fotógrafo puede tener en sus manos el infinito poder de interceder por las victimas en vez de encuadrarlas. "El fotoperiodista tiene que tener siempre conciencia clara de que su preocupación principal no ha de ser la dimensión tecnológica del proceso fotográfico. Sobre todo cuando hay de por medio personas sufrientes. El fotógrafo tiene que ser sensible al dolor humano o, de lo contrario, pierde la oportunidad de aprender y enseñar a ser más humanos" (Blázquez, 271).
FUENTE:http://ddfv.ufv.es/bitstream/handle/10641/338/Lopez_14_03.pdf?sequence=3
"Realizar fotografías simples de sujetos simples hechas con precisión y minuciosidad, de forma honesta, objetiva y humilde".
Leica M8; objetivo Zarl Zeiss Biogon 35mm f/2.8 T* ZM. Segunda cámara: Leica X 113. Y todo lo que pille para hacer lo que quiero hacer....
Última Edición: 10 años 8 meses antes por Daniel.
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