Os traigo una de mis cámaras favoritas. Su telémetro es tan preciso como el de una Leica bien ajustada y, si quieres, no necesitas mirar el fresnel. Con película rápida puedes tirar a pulso o con un monopié.
Pero si deseas una cámara técnica con todos los movimientos, clicks en todos los ajustes a cero y una robustez a prueba de golpes también responderá. Cerrada sobre sí misma queda completamente protegida, incluso con un objetivo puesto.
Por su número de serie, el 5923, es de alrededor de 1953. Ya se ve que está bastante trotada, aunque los mecanismos básicos sigue siendo suaves y exactos; eso sí, el telémetro ya no funciona. Cuando llevo montado el Angulon 6.8/90mm o el Ysar 4.5/150, tal y como apunta Brandt, puedo cerrar la cámara con ellos y con el cable disparador dentro.
Es curiosa esta respuesta europea a las habituales cámaras de campo plegables norteamericanas. La diferencia, aparte del extraordinario aluminio y la perfecta mecanización del mismo habitual de Linhof, es la exactitud de los controles de movimientos (los punto cero con clicks bien audibles) y el hecho de que, una vez cerrada, es como una tortuga co un caparazón muy fuerte y sin resquicios. Si la hubieran inventado los useños estaríamos con el aleluya.
If you think it’s all been done, you’re not looking very hard, you’re not thinking very hard.
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