Genesis de Salgado

Sí, totalmente, yo lo he visto en vivo y en directo, fotografías grandes e impresionantes, pero por ejemplo, se nota cómo las fotos desde 2006 ó 2007 hacia delante, son mucho menos orgánicas, incluso HDR algunas, la de las focas es para pegarse un tiro.

Eso sí, luego tiene otras, especialmente de las tribus del norte de la Tierra, que son para quitarse el sombrero de lo bien procesadas que están.

Yo también he visto el libro en vivo y no lo he comprado. Creo que eso dice bastante de lo que pienso sobre Salgado (y tengo sus tres primeros libros). Este hombre no era fotógrafo sino sociólogo o algo así y se dedicó a ayudar a los sin tierra de Brasil. Eso está muy bien y no significa nada, ni a favor ni en contra, al objeto de la fotografía. Al fin y al cabo tampoco Lewis Hine se metió en la fotografía con intenciones creativas sino para denunciar las condiciones de trabajo de los niños en la Norteamérica de su tiempo, y es uno de los grandes fotógrafos de la historia, maestro -además- de Paul Strand.

Salgado acertó de lleno con su primer trabajo sobre aquellos hombres embarrados de la minería a cielo abierto. Fue un comienzo deslumbrante pero sus siguientes trabajos dejaron muy claro que le había sonado la flauta. A veces se acierta con un tema que nadie ha tocado y se da -un poco inconscientemente- con la forma adecuada de fotografiarlo.

El asunto, dicen las malas lenguas, es que la mujer es un alipente de mucho cuidado y nunca había manejado tanto dinero como el que maneja desde que su marido es fotógrafo de fama. Ella se ocupa de casi todo menos de ir a tomar la foto. No me extrañaría nada que los proyectos fotográficos también fueran suyos.

Hay fotógrafos así, que un día acertaron y después nada de nada. Véase el caso de Zabalza con los gitanos españoles o de Colom con el Raval. Pero el caso más patético de todos es el del francés Jacques-Henri Lartigue. Siendo niño le compró su padre una Kodak Brownie y se hartó de hacer fotos hasta que un día se aburrió y no volvió a tocarla. Fotografió el mundo que le rodeaba, con la visión ingenua de un muchachito del gran mundo, un tanto proustiano.
Muchos años más tarde alguien descubrió esas fotos y se quedó maravillado. Lartigue se había hecho pintor y no precisamente de los buenos. Las fotos, con los croppings de Richard Avedon (que hizo que pareciesen bastante mejores de lo que son), se expusieron por todo lo alto y llegaron al MOMA de Nueva York. Lartigue, sorprendidísimo por su éxito con unas fotografías del año catapúm, decidió que, puesto que era una gloria de la fotografía, volvería a coger una cámara. Como podéis imaginar, todo lo que hizo hasta su muerte es pura basurita, sin el menor interés.

O sea que recordemos la fábula del asno que encuentra una flauta tirada en la hierba y, asustado, respira fuerte de modo que la hace sonar... Pues eso.

Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer; detrás de Salgado un peaso de G*****!!!!

jajajajajajja!!