ALFRED STIEGLITZ: EL OJO ELOCUENTE.

Muchas gracias, Octavio. Stieglitz fue un gran fotógrafo pero sobre todo su importancia se debe a la de haber sido animador y protector de muchos talentos desde su galería de arte "291", los más destacados Paul Strand y Ansel Adams pero no sólo estos.

Con Paul Strand mantuvo una larga y generosa amistad en la que hubo de todo, incluso historias con las respectivas mujeres, que terminaron mal.

octavio escribió: Es lo interesante del documental, casi se centra más en su labor de promotor y de defensor de otros que de su propia obra. Me alegro que agrade y pueda, llegado el caso servir a alguien. Estoy buscando más cosas en idiomas entendibles tomando como referencia a Stieglitz, los iré poniendo por aqui si doy con ellos. Un saludo.

Stieglitz fotografió en una época difícil (el pictorialismo) aunque lo hizo muy bien. Sus trabajos en la revista que editó (Camera Work*) son estupendos generalmente, si hacemos caso omiso de esa manía de que las fotos parezcan obras pictóricas. Sin embargo, no tuvo el menor problema en apoyar a fotógrafos más jóvenes que iban en dirección exactamente opuesta a la suya (me refiero, como ya imaginas al grupo f:64).

Paul Strand es bastante más interesante como fotógrafo. De hecho es uno de los grandes fotógrafos de todos los tiempos, especialmente en el ámbito del retrato. Ello no impide que se pueda seguir disfrutando con las fotografías de Stieglitz.

La que, a mi juicio, era malísima como pintora (a pesar de su reputación) es la pareja de Stieglitz, Georgia O'Keeffe.


*Taschen ha publicado, muy barata, una selección de los trabajos fotográficos aparecidos en Camera Work.

octavio escribió: No conocía la edición de Taschen, voy a pedirla ahora mismo, ¡gracias

Llamar pintora a Georgia es fiárselo muy largo.

Encantado. Ya sabes que la Modernidad considera "artista" a quien, simplemente, estuvo allí. Es el caso de la O'Keeffe: ella no vale nada pero el hecho de haber sido pareja de Stieglitz, amante de Paul Strand y de la mujer de éste, Rebeca, (y también por haber vivido muchos años) es considerada dentro de los mitos de la pintura norteamericana. No tiene el menor sentido del color y su pintura es sencillamente de tercera o cuarta.