Documentalismo tramposo? HCB

Mi no comprender. Ya te gustaría a ti hacer media foto de esas (a ti, a mí y a todos los que campamos por este foro).

Vaya, no me queda otra que darme por aludido pues que fui yo quien abrió el hilo sobre el documentalismo tramposo de Doisneau. Vamos a ver si no se convierte esto en una pelea de egos. Por mi parte haré todo lo posible para que no sea así.

Primero: Conocemos hasta la saciedad el sistema de trabajo de HCB en los retratos. Su método de aproximación al modelo son bastante discutidos por los retratistas y –en cierto sentido en el que ahora no entro– tienen razón.
Cuando quería retratar a alguien pasaba largas horas charlando o conviviendo. No solía poner la cámara por delante pero la tenía a mano. Su principal objetivo era que el personaje se acabara olvidando de la cámara y de lo que HCB había ido a hacer. A veces le costaba días, a veces en una sola tarde (como en la foto que tomó a Ezra Pound) lo lograba. Es un método y sirve para lo que sirve. En el caso de Giacometti es que había una fuerte y entrañable amistad entre ambos, además. HCB lo admiraba mucho como artista y como persona íntegra y al socaire de las veleidades de la fama y fortuna. No es extraño que lo retratase una y otra vez aunque a mí la que más me gusta es aquella en la que se le ve cruzando una calle bajo la lluvia, protegiéndose con la chaqueta.
La pregunta sería: ¿consiguió HCB llevar su concepto de foto documental al retrato, un género tan ligado al estudio? En las que no salieron es obvio que no pero en otras... puso el clavo muy fuerte y creó una escuela de la que muchos han bebido, aun sin saberlo.

Segundo: De Doisneau también lo sabemos casi todo y hemos visto fotos y libros suyos para hartarnos. Solía trabajar de encargo, al contrario que HCB –que hacía fotos y luego trataba de venderlas– y pensaba sus fotos en casa. Era un tipo muy creativo ciertamente, porque entendió muy bien qué esperaban de él sus clientes (la vie parisienne bien racconté) y cómo ofrecérselo.
En sus primeros años de éxito silenció voluntariamente su método de trabajo y fue a raíz de una anécdota (tomó una foto en un café cualquiera de una muchacha joven mirada golosamente, en apariencia, por un anciano y la vendió bajo la etiqueta de 'Prostitution à Paris' aunque ni el café era un antro, ni la muchacha prostituta sino una damita linda y burguesa, hija o nieta –no recuerdo– del anciano que era Magistrado del Supremo o algo así) que hubo denuncias y le cayó la del pulpo encima, costándole Dios y ayuda salir indemne del asunto. Fue a raíz de estas cosas cuando se empezó a hacer público que escenificaba las fotos, la inmensa mayoría de ellas. Lo raro en Doisneau no es la foto escenificada sino lo contrario, la espontánea (ni las que hizo durante la Ocupación lo son).

No sé si he pisado algún callo con este tema. Si así fuera lo siento. En el fondo el tal Doisneau me importa un bledo.