El horror de ser fotógrafo de guerra

Joder !!!

" Bang Bang Club" de Joao Silva y Greg Sebastian Marinovich. Imprescindible lectura.
También la película esta muy bien.

Hace tiempo que sigo al periodista (y Doctor en física) Alberto Sicilia en Twitter (@pmarsupia), ahora mismo está en Mosul temblando bajo los bombardeos y viendo a niños a pocos metros del 'frente'. A veces se viene abajo y es otro que necesita cargar pilas de vez en cuando en su Asturias natal. Si fuera fotógrafo, ya sería la leche.

Muchas veces comenta que los periodistas más competentes son los de la BBC (a mucha distancia de los demás).

En 1995, murió en Croacia el reportero John Schofield, de la BBC, tenía 29 años.
A partir de ese momento la cadena creó un Curso de Capacitación para Ambientes Hostiles. Cada reportero suyo que va a lugares que atraviesan un conflicto armado o zonas de grandes desastres naturales tiene que realizarlo obligatoriamente para minimizar lo más posible el trastorno por estrés post traumático (TEPT).

Yo no valdría para serlo, mi profunda admiración a los que sí son capaces.

Espeluznante, verdaderamente

Si McCullin, Addario, Natchwey y otros genios de la fotografía bélica actual fueran periodistas y reporteros de verdad de verdad de verdad de verdad, y no sólo sensacionalistas, igual deberían intercalar entre cadáver destripado de niño y herido desmembrado agonizante unas fotos de los Estados Mayores de Artillería, calentitos en sus tiendas, de nuestros ministros de Defensa y Exteriores, de los chalets de los traficantes de armas y los amigos de los traficantes, esos que cazan elefantes por esos mundos de Dios, y a lo mejor también un listadito de las empresas de armamento, por ejemplo, en España, y las fotos de las fábricas:

es.wikipedia.org/wiki/Industria_armament%C3%ADstica_en_Espa%C3%B1a

¿Sabéis que nuestro 'indignado' país ha multiplicado por 4 sus exportaciones de armas en los últimos 10 años y que hay más de 130 empresas de armamento?

Exportaciones en millones de euros. Fuente: Wikipedia (link de arriba).

2015 3.720,3
2014 3.203,2
2013 3.907,9
2012 1.953,5
2011 2.431,2
2010 1.128,3
2009 1.346,5
2008 934,4
2007 932,9

¿A cuántos niños sirios habrán matado las bombas hechas en España para que los fotorreporteros hagan fotos para vendérselas a los periódicos en los que se anuncian los fabricantes de las armas?

Lo siento, no puedo seguir, tengo náuseas.

Habrá fotógrafos de guerra que busquen las medallas pero hay muchos que se juegan la vida para despertar conciencias. No seré justo dejando a muchos en el olvido pero citaré a algunos españoles: Gervasio Sánchez, Samuel Aranda y Francisco Boix, hay muchos más, quien les haya escuchado saben de su compromiso con las víctimas. Claro que la venta de armas es un negocio y otras palabras y altos ideales también, pero no voy a hacer un alegato de las multiples causas de tantísimo dolor, no es el lugar. El fotógrafo hace su trabajo y los medios lo pueden inclinar hacia un lado u otro. Muchos han dejado su vida para que nosotros, sin riesgo, podamos ver esos reportajes. Sebastiao Salgado después de vivir algunos años entre víctimas quedó horrorizado de la humanidad. Creo que no podemos culpar a los fotógrafos de nada.

Brandt escribió: "Si McCullin, Addario, Natchwey y otros genios de la fotografía bélica actual fueran periodistas y reporteros de verdad de verdad de verdad de verdad, y no sólo sensacionalistas, igual deberían intercalar entre cadáver destripado de niño y herido desmembrado agonizante unas fotos de los Estados Mayores de Artillería, calentitos en sus tiendas, de nuestros ministros de Defensa y Exteriores, de los chalets de los traficantes de armas y los amigos de los traficantes, esos que cazan elefantes por esos mundos de Dios, y a lo mejor también un listadito de las empresas de armamento, por ejemplo, en España, y las fotos de las fábricas".

No funciona así. Los fotógrafos de guerra trabajan para agencias de prensa y no pueden tomar ese tipo de decisiones. Podría hacerlo otro tipo de fotógrafo.

Smart escribió: Habrá fotógrafos de guerra que busquen las medallas pero hay muchos que se juegan la vida para despertar conciencias. No seré justo dejando a muchos en el olvido pero citaré a algunos españoles: Gervasio Sánchez, Samuel Aranda y Francisco Boix, hay muchos más, quien les haya escuchado saben de su compromiso con las víctimas. Claro que la venta de armas es un negocio y otras palabras y altos ideales también, pero no voy a hacer un alegato de las multiples causas de tantísimo dolor, no es el lugar. El fotógrafo hace su trabajo y los medios lo pueden inclinar hacia un lado u otro. Muchos han dejado su vida para que nosotros, sin riesgo, podamos ver esos reportajes. Sebastiao Salgado después de vivir algunos años entre víctimas quedó horrorizado de la humanidad. Creo que no podemos culpar a los fotógrafos de nada.

Tenéis razón, por supuesto. No se puede culpar de nada a los fotógrafos, que demasiado hacen para enseñarnos ese horror. De hecho, bien analizado, si hiciesen de periodistas-investigadores y empezasen a señalar conexiones y culpabilidades, lo mismo les duraba bien poco el trabajo. No he sido justo antes, pero se echa de menos, en cada guerra, un análisis fino del peso que la industria del armamento tiene en las tomas de decisiones de los distintos gobiernos...

Hace no mucho escuché, de boca de un inglés (bueno, galés para ser exactos), las sospechas de algunos países europeos de que los servicios de inteligencia de los PIGS (Portugal, Italy, Greece, Spain) no avisan de pistas sobre riesgo de atentados en la ribera sur del Mediterraneo (Túnez y Egipto, fundamentalmente) ni en Francia por el gran beneficio que se deriva de los cambios de destino turísticos... Teorías conspiratorias de la pérfida Albion, seguramente, pero también es cierto que cuando explota una bomba son muchas las manos que han participado o dejado hacer, muchas veces con una sonrisa disimulada.

Saludos