Ha muerto Michael A. Smith

Sin duda ha sido el último romántico, aunque su viuda Paula Chamlee continúa al pie del tajo. Michael no ha sido uno de esos grandes fotógrafos, apabullantes en cuanto a imágenes. Era un excelente fotógrafo de paisaje, lo que ya es decir mucho. Recibió formación de Brett Weston y se mantuvo siempre fiel a esa tradición familiar.
Quienes gastamos una parte de nuestras vidas con el GF sabemos del papel tan importante que jugó para que Kodak mantuviera la producción de papel Azo, el mejor papel para copias de contacto que se ha fabricado. Para ello Michael se comprometió con la fábrica a absorber todos los años una cantidad imponente de producto, que repasaba a los fotógrafos con un estrechísimo margen de beneficio, con tal de que no desapareciers.
Cuando llegó la avalancha digital y bastantes granformateros se tiraron a los respaldos electrónicos, la situación se hizo insostenible y la prducción de Azo cesó para siempre. No obstante, la pareja de fotógrafos comenzó a producir de modo artesanal un equivalente, al que bautizaron con el nombre de su pequeña editorial, Lodima.
Porque no sólo fue fotógrafo, técnico y maestro sino también editor. Lodima Press sacaba muy pocos libros pero muy cuidados y bastante especiales. Entre otros uno de fotografías prácticamente desconocidas de Brett Weston que es una joya.
Cada año organizaba un viaje con alumnos a algún lugar en Europa. Anduvo por Italia y, en los últimos años, se enamoró de Islandia ese país de magia del que alguien dijo que es como sorprender el planeta al día siguiente de la Creación. Descanse en paz este buen hombre y que el futuro le reconozca sus muchos méritos.