Un golfo distinguido

Hace unos días me ocurrió lo siguiente: anuncié mi autocaravana en Segundamano y apareció un comprador de Bilbao. Le envié las fotos y le encantó, me dijo que era el modelo exacto que estaba buscando porque su hermano tenía una igual y se comprometió a venir a por ella y pagarla. En atención a él pedí al mecánico que cambiara aceite y filtros y pusiera batería nueva pues, aunque funcionaba, tenía ya unos años.
El tipo me hizo paralizar otras opciones y se ofreció a hacer un pequeño depósito (500 euros) como muestra de que vendría a por ella y la pagaría.
Llegado el día, y haciendo yo un esfuerzo pues ando convaleciente de una operación muy seria, se presentó en un Mercedes de lujo con la mujer y, tras pasar revista a la autocaravana, que está impecable y con muy pocos kilómetros pues ha sido mi segunda autocaravana y a esta no le he hecho kilómetros, dijeron que no les gustaba y me reclamaron los 500 euros de señal.
Como soy un caballero y no discuto con rufianes de semejante pelaje ni me enfango con ellos si puedo evitarlo, le devolví su dinero y hasta hoy. Ni era la autocaravana de sus sueños como me dijo por correo, ni tenía la menor intención de comprarla seguro como decía. En fin, no me lamento y creo que actué correctamente. Sólo lamento no haberle llamado sinvergüenza a la cara pero no estoy yo para esos trotes en la actualidad.