Qué Leica Analógica comprar ?

El asunto es bastante claro: una buena copia digital (la palabra "buena" es la clave de bóveda) no es barata ni sencilla de hacer. Los laboratorios que todavía trabajan fotografía química lo ponen bastante caro pues ya no hay la competencia de otros tiempos. La oferta es cara porque la demanda es escasa, una ley muy sencilla.

Montar un buen laboratorio en casa tampoco es sencillo porque los metros cuadrados ya no son lo que eran. Poca gente dispone hoy de una habitación para dedicarla a laboratorio y cuarto oscuro. Pero si se dispone de ese espacio nunca ha sido tan barato montárselo en plan profesional: una ampliadora que costaba lo que un buen coche puede salirte hoy por dos perras gordas o incluso que te la regalen con tal de que te la lleves. Los mejores objetivos de ampliación también se pueden comprar por muy poco. Estas son las buenas noticias.

Revelar correctamente tus negativos no es complicado, utilices reveladores comerciales o los que tú te hagas. Esto también son buenas noticias. Las malas, aparte de los metros cuadrados, es que la copia es harina de otro costal: requiere –ya lo he dicho– un aprendizaje largo y lleno de dificultades si pretendes hacerlo muy bien. Hay que dedicarle bastante tiempo pues, salvo que seas un superdotado, no te puedes saltar etapas. La perseverancia es imprescindible y repetir las cosas una y otra vez hasta dominarlas. Una buena copia fotoquímica es bastante más difícil de hacer que lo que hacen algunos virtuosos del pixel. La prueba rotunda es que ni siquiera en los buenos tiempos de la foto química hubo tantos excelentes printers como maestros del PS tenemos ahora. El razonamiento va de suyo: ante un ordenador haces cosas muy concretas y con resultados siempre idénticos ante operaciones iguales. Bajo la ampliadora hay demasiadas variables y, si ya es difícil dominar una combinación papel/revelador imagina cuando había dos docenas de excelentes papeles y muchos más reveladores. Pero en el país de los ciegos el tuerto es rey y eso hace que me dé algo de risa cuando me ponen por la nubes a un printer que siempre lo hace todo de la misma manera, sea el fotógrafo que sea. No porque me considere mejor sino porque he visto muchas copias buenas al natural, de muchos autores y de muchas épocas, y eso me ha enseñado a distinguir.

Retomando el hilo: aun con todas estas dificultades es posible preferir la película. Su carácter se hace valer incluso cuando se digitaliza. Aunque el camino digital es más corto hay también otro factor a considerar y que puede tener su importancia para algunos fotógrafos: la conservación de la película y de la copia procesada es relativamente sencilla con unas precauciones elementales mientras que la mayor parte de las imágenes digitales es probable que se pierdan.

Jeduba escribió: La forma moderna de compartir y darse a conocer es internet. Es un medio puramente digital. Para mí, revelarme mis negativos y escanearlos para subirlos a internet y poder exponerlos públicamente es una de las ventajas de los tiempos modernos. Un compromiso entre calidad y medio de publicación. Tengo todos los negativos bien guardados para pasarlos a papel y, dependiendo de la necesidad, escogeré un método u otro, un precio u otro. Para mí la fotografía química sólo tiene ventajas. Aún digitalizadas, me puedo pasar horas viendo buenos trabajos de grandes fotógrafos en internet.

Es buena cosa pero todavía es mejor verlas al natural. Internet no puede sustituir a la fotografía igual que no puede sustituir a la pintura. No es lo mismo ver Las Meninas en una pantalla que en El Prado.
Lo que se puede ver en la pantalla de un ordenador no es la realidad sino una traducción (y la mayor parte de las veces no satisfactoria). Por desgracia en España se expone poca fotografía pues, aunque de boquilla se le concede categoría de arte, la realidad es que el coleccionismo es muy escaso y de ahí el resto.

Jeduba escribió: No puedo estar más de acuerdo contigo, amigo Brandt.
Sin embargo, hemos de aceptar que, al menos de forma imperfecta, es posible un uso provechoso de internet. Lo óptimo es poder ir a todos los grandes museos del mundo, acudir a las mejores exposiciones, escuchar a los mejores músicos en vivo, etc. Pero tener la posibilidad de disfrutar de tantísimo buen arte desde casa está al alcance de cualquiera. Sin dejar de acudir a buenos conciertos, buenas exposiciones, buenos visionados de cine, etc, cuando se pueda. No hay color, efectivamente.

Internet tiene su papel y está muy bien: amueblar pronto la vista y la cabeza (antes nos costaba una vida entera). Pero, como bien dices, nada sustituye a la experiencia directa.