La fotografía está finiquitada.

Entiendo perfectamente a Octavio porque también entiendo –creo– desde el punto de vista que hace su afirmación. No le falta razón y, aunque no es mi deseo hacer de exégeta de un amigo que sabe explicarse perfectamente, es necesario saber que ni espera ni ha esperado nunca dinero de la fotografía, ni conquistar fama o laureles. Me parece que se refiere a lo que llamamos convencionalmente 'fotografía tradicional' porque ha sido la más extensa temporalmente. Ahora estamos en otra cosa y somos bastantes los que no queremos adaptarnos. No porque seamos lelos y no sepamos manejar o sacar partido a los ordenadorcitos con forma de cámara fotográfica sino porque nos gustaba demasiado algo que se nos va escurriendo como el agua entre los dedos.

Voy a poner un ejemplo que sé que a Octavio le gustará. El siglo XIX, aparentemente es francés en la pintura. Si nos atenemos a la historia oficial los movimientos artísticos se suceden con una lógica implacable y dentro de una total coherencia. Aplican al arte la teoría de Darwin y las cosas encajan sin fisuras ni contradicciones. Es tal el dominio galo que la pintura del resto de países es considerada menor, provinciana, imitadora o de la escuela X... que nace en Francia.

Pero las cosas no son así. Si cerramos el libro oficial y nos centramos en las obras veremos que hubo extraordinarios pintores en Rusia, en España, Italia, Gran Bretaña, USA, Polonia, Dinamarca... en todos los llamados 'occidentales'. Gran pintura y, en numerosas ocasiones, mejor que la de los pintores-emblema franceses. Dicen que el pleinairismo (salir a pintar al natural, generalmente paisaje) es un invento suyo pero nuestro Carlos de Haes es mejor que cualquier coetáneo de aquel país y también pintaba del natural. O Sorolla, o Díaz de la Peña, o Sargent, o Levitan, o Merrit-Chase... tantos y tantos que saldría una lista enorme.

Y si avanzamos un poco nos venderán que lo inapelable de los acontecimientos conduce al cubismo pues ya Cézanne, en carta a Émile Bernard, dice... etc, etc. Y que de los hermosos dislates cromáticos del Van Gogh loco (el cuerdo es buen pintor) se concluye obligatoriamente el fauvismo. En fin, para no cansar: cada vez entiendo mejor a los pintores que pegaron corte de mangas a todo eso, asumieron que nunca triunfarían en la ciudad de la torre Eiffel –y, por tanto, en el mundo– conformándose con dar unas clases en provincias o llevar una vida discreta.

Entiendo perfectamente a Octavio, su visión de la fotografía y lo que quiere decir cuando habla de la vuelta atrás para continuar adelante.