Dougie Wallace, narrando implacable la decadencia de una sociedad.

Desde mi humilde opinión, hay algunas fotos que me gustan. Resultan interesantes y tienen un discurso crítico. Por supuesto que la forma se puede poner en duda, tanto en técnica como en "ética", pero para mi gusto es acertada; ¿De que otra forma puede acercarte a la opulencia y las apariencias sino es desde una estética y ética feista? ¿Se puede conseguir fotografías críticas con esa realidad desde una estética clásica bella? ¿Cual es la forma de documentar la realidad más "adaptada" a los tiempos que estamos?

No acabo de entender las críticas tan despiadadas que ha provocado el amigo Dougie. Conforme con que imita la técnica de Gilden, y con que no todas sus fotografías tienen verdadero interés documental, pero otras sí lo tienen, y mucho. Tampoco son todas mediocres, aunque a mí me sobran las de los perritos, y algunas de esas que se suelen catalogar como retratos de calle (un concepto que no entiendo). Entre las del proyecto Harrodsburg las hay francamente buenas, otra cosa es que su forma de trabajar sea discutible. No entiendo la acusación de que adultera las fotografías. ¿Hay algo en su forma o contenido que ha sido alterado fraudulentamente? Otra cosa es que no os guste su estilo, bastante cercano al de Martin Parr, incluido el uso del flash.
A mí el tipo me ha caído bien, con su casi ininteligible acento escocés, y su aproximación naïf a la fotografía.
Tampoco voy a ocultar que algunas reacciones de esos híper-ricos, híper-consumistas originarios del Golfo Pérsico, me producen cierto regocijo. Es el precio a pagar por su obscena exhibición de riqueza. El estilo crudo de las fotografías se adapta bien a su vulgaridad.