Hace unos días, sentados en la plaza de mi pueblo, contaba a mi amigo Juan Blas por qué había dejado de tomar fotos en las fiestas populares. Le decía que en la Procesión de las Mortajas que se celebra cada año en una pequeña aldea gallega éramos bastantes más fotógrafos que vecinos. Estuve un rato, no saqué la cámara, vi el agobio de los vecinos y me largué a la capital a celebrar con unos mariscos mi despedida de las fiestas.
If you think it’s all been done, you’re not looking very hard, you’re not thinking very hard.
La segunda foto es aún más fuerte que la primera...como tú dices, una auténtica vergüenza. Es una lástima que se haya expuesto la realidad detrás de la foto antes de que gane el premio
Una auténtica vergüenza. Todo se trata como carnaza.
El problema aquí no es tanto del fotógrafo, que puede salir sin ningún tipo de moral. El asunto, realmente preocupante, está en la aprobación de este tipo de trabajos.
Estas imágenes, seguramente, sean portadas de algún medio. Culpables estos últimos de llevar al rebaño (ciertos fotógrafos) por caminos que no nos aportan nada a los demás.
Lo- lo Bromios, Lo -lo Dendrites, Lo -lo Eleutherios, Lo -lo Enorches, Lo -lo Bacchus.
Sin llegar a ese extremo, se ven por las redes y los foros, incluido este, fotos de gente jodida. Parece que fotografiar la desgracia ajena nos hace fotográfos de la letxe. Luego viene aquello de que es para denunciar y tal. Cualquier foto de gente marginada que sea un robado me parece una cobardía.
Totalmente de acuerdo.
Siempre me da repelus el listo que por tener una cámara ya se siente con derecho a retratar mendigos y colgar sus fotos en la web.
Cuanto me gustaría que mas de uno se "descubriera" así mismo en una pose estúpida en la misma web.
Manu Lexes escribió: Más que vergüenza, asco y repulsión.
Sin llegar a ese extremo, se ven por las redes y los foros, incluido este, fotos de gente jodida. Parece que fotografiar la desgracia ajena nos hace fotográfos de la letxe. Luego viene aquello de que es para denunciar y tal. Cualquier foto de gente marginada que sea un robado me parece una cobardía.
Por encima de todo, son dos fotos muy, muy tristes, por motivos bien diferentes.
Supongo que en el segundo caso lo podríamos llamar 'síndrome del World Press Photo' o similar, para el caso de esos periodistas que buscan la imagen más dramática del año con el único fin de ganar el jodido premio. La otra parte del problema, claro está, es el premio en sí, que sólo premia las fotos que tratan desgracias, como si no hubiera otras imágenes en el mundo conmovedoras.
Me recuerda algo a la historia de Kevin Carter, el fotografo del colectivo Bang-Bang que gano el Pulitzer con la foto del niño Sudanes y el buitre acechando. A este los remordimientos se lo llevaron por delante...
Conserva la pureza de tus primeros fracasos, nunca pierdas ese enfoque
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