Algunas veces los fotógrafos dan auténtica vergüenza

Por otro lado, si hay una catastrofe de esta magnitud al lado de mi casa, lo que menos me preocupa es hacer fotos con el móvil para ir buscando algún periodico extranjero que me las compre.

octavio escribió: ¿Donde están esas fotos de esos lugares dejados de la mano de Dios antes y después del evento que justifica su documentación?

octavio escribió:

Por otro lado, si hay una catastrofe de esta magnitud al lado de mi casa, lo que menos me preocupa es hacer fotos con el móvil para ir buscando algún periodico extranjero que me las compre.

Cuando me refiero a la gente del lugar y su posibilidad de documentar el hecho lo último que pienso es en vendérselas a un periódico extranjero. Se trata de difundirlas, no de sacar tajada, y nadie se opondrá a publicarlas, como nadie se opone a publicar videos y fotos de casi cualquier cosa que sea noticia. A lo que voy es a que tener distancia con la tragedia no debe llevar a nadie a tal indiferencia y a ejercer su oficio como si fuera cualquier oficio. Documentar en este caso no debe ser "sólo" un trabajo, es una apuesta ética con todas las consecuencias.

Hace unos días subí un video de un fotógrafo que se dedica a esto y él lo explica mejor y con más conocimiento de causa.

Brandt escribió:

Pedro J. escribió: Ni todo es blanco, ni todo es negro, no se puede ser más papista que el Papa, me gustaría haber visto por un agujero como trabajaban grande ídolos paro vosotros y para mi como Capa, McCullin y Nachtwey, lo mismo mas de uno se lleva una sorpresa.

De Capa no opino porque era un golfo y siempre he dado la razón íntimamente a quienes dicen que la foto del miliciano abatido por un disparo (que tampoco es para tanto) es una escenificación. Desconfío mucho del fotógrafo al que no le gusta la fotografía y a Capa lo que le gustaba eran las tías buenas (¿y a quién no?), la bebida y el póker. Hacía fotos porque se le daba bien, ganaba dinero para seguir jugando, bebiendo y cortejando y, seguramente, porque tampoco sabía hacer otra cosa.

De McCullin hay una foto inadvertida, tomada por otro fotógrafo, donde se le ve sacando del fregado a una anciana vietnamita llevándola a la espalda. Por supuesto, ha dejado de tomar fotos y lo prioritario para él en ese momento es salvar una vida. Pocos fotógrafos de guerra harían instintivamente algo así.

De Nachtwey no tengo la menor duda. Es un fotógrafo que me deja pasmado por su integridad personal, su honestidad y su olfato certero para elegir siempre el camino de la ética. Es un caballero con una cámara de fotos.
Su libro "Inferno" es la cosa más terrible que haya visto en fotografía. Realmente insoportable por su dureza. No conozco a nadie con alguna sensibilidad hacia lo humano que sea capaz de mirar más de quince o veinte páginas seguidas. Pero sus fotos, siendo tan tremendas, son ética y conceptualmente muy limpias: nos pone el drama ante los ojos, nos conmociona, nos agarra del cuello suave pero firmemente y parece decirnos: ¡mira!
Es difícil no perder la fe en el ser humano ante las fotos de Nachtwey: si somos capaces de hacer esas cosas nuestra especie tal vez no merezca la vida. Paradójicamente, Nachtwey es un vitalista y tiene una fe firme en nuestra naturaleza, a pesar del horror. Repito: me asombra como fotógrafo pero también como persona.