El futuro de la película según JCH

Ojalá sea cierto. Así como confío plenamente en las emulsiones blanco y negro y sus copias en papel baritado con procesado de archivo (me refiero en cuanto a conservación) nunca he tenido claro que las emulsiones cromogénicas sean especialmente estables en el tiempo. Tal vez por ello no me costó el menor trabajo pasarme a digital para hacer color. Sí tuve que darle muchas vueltas a la compra de la Monochrome porque sabía que, comprándola, renunciaba a utilizar cámaras muy queridas. En fin, rollos personales.

John el Rojo escribió: La película es un producto maduro. No sé si Kodak Alaris seguirá investigando para mejorar lo bueno que tiene ya.

Tampoco sabemos si los pensionistas de la antigua Kodak tienen mayor interés que el de recuperar el dinero que Kodak no pudo darles. Y la película es el medio para ello.

A mí me gustaría ver que alguien recoja las emulsiones que se vayan cayendo del mercado, en vez de fabricar películas de baja calidad, como algunas que vienen del Este.

Pienso lo mismo: pocos avances se pueden hacer más en la fotografía química en lo referente a la película. Me refiero a la emulsión porque pudiera ser que el soporte mejorase a partir de la invención de algún tipo de plástico que hoy desconocemos.
Eso en cuanto a la película en blanco y negro que es la que a mí me atrae. Tras la invención del grano T o tabular (que permitió ahorrar plata -al decir de Kodak- sin perder calidad) poco más se podría aportar salvo que fuera posible eliminar por completo los haluros de plata y partir de otra sal mineral, aunque lo más seguro es que ya no reconociéramos el nuevo procedimiento como la fotografía de siempre (siempre quiere decir "desde que existen las llamadas emulsiones modernas").

Las películas que llegan del Este lo hicieron precedidas de una fama por completo inmerecida, seguramente fruto de una hábil campaña de marketing llevada a cabo por distribuidores europeos y norteamericanos. Ahí está el caso Bergger para ilustrarlo. En realidad bajo ese nombre se fabricó un papel fotográfico de muy buena calidad según contaban los fotógrafos muy ancianos (yo no lo he conocido). Un listo compró la marca, todavía activa, y se dedicó a encargar papel y película a una fábrica de las que quedaron tras el telón de acero después de la II Guerra Mundial, etiquetados con la marca Bergger. Lo que se nos vendió en los foros fotográficos de entonces, especialmente norteamericanos, es que resucitaba la siempre añorada Kodak Super XX. En cuanto a los papeles, volvíamos a estar ante un papel clásico -decían-, con abundante plata en la composición de su emulsión. No puedo olvidar la decepción que me causaron ambos productos, película y papel. Éste último era una auténtica porquería -eso sí, muy buen soporte, que es lo fácil- con el que resultaba imposible alcanzar el D-max de los antiguos papeles de Agfa, Kodak o Ilford. Los negros, en lugar de profundos y aterciopelados como en los viejos papeles, no pasaban de un gris muy oscuro. En cuanto a la película, nada que ver con la venerable Super XX, y no lo digo yo sino alguien que la conoce como nadie pues cuando Kodak anunció que dejaba de fabricarla se gastó todos sus ahorros en comprar suficiente para todo lo que le quedaba de vida y para conservarla en óptimas condiciones se hizo construir una cámara frigorífica gigante en su granja. Me refiero al paisajista de GF Michael A. Smith. Pronto se vio que todo aquello era pacotilla.
Después fueron saliendo los mismos productos pero con nuevas marcas, que duraban en el mercado lo que la gente tardaba en enterarse que eran igual de malos que los anteriores. La memoria me es infiel y no os puedo citar la retahíla de marcas que se nos iban vendiendo como cosas extraordinarias. Incluso se nos decía que, mientras las fábricas occidentales habían ido perdiendo calidad -lo que era cierto, por otra parte- los del bloque soviético la habían mantenido al ser industrias obsoletas. El argumento era tan bueno que hasta me lo creí. Pero no, todo aquello era tan cutre como las cámaras y los cristales rusos.
Comprenderéis por qué cuando una persona joven me pregunta por película o papel apunto siempre hacia Ilford pues, redimensionada su industria, son los que mejor han mantenido la calidad de sus productos. Al menos, en las películas de grano clásico, no encuentro ninguna diferencia con las de hace 20 o 25 años.

A Ilford no le va nada mal una vez que hicieron crisis, cambiaron de tamaño y establecieron un nuevo sistema de distribución. Parece que la empresa vuelve a dar beneficios y la crisis de Kodak, por un lado, y la escasa calidad de los productos del Este por otro, les han dejado solos en el mercado tradicional de la fotografía química.
Sus dos emulsiones estrella (FP4 y Pan F) son muy muy buenas. Con su estructura clásica responden fenomenalmente tanto a los reveladores modernos como a los antiguos. En formato 120 no hay nada que supere a esas dos películas desde mi punto de vista.
En placas no fabrican el Pan F, por la razón que sea, pero basta con el FP4 para tener todo lo que uno puede desear. En fin, no cobro nada de Ilford; mis palabras se deben solo al hecho de haber probado unas cuantas películas en serio y haber obtenido unos resultados que no ofrecen duda actualmente.

John el Rojo escribió: ¿Y qué hay de la Acros 100? La única Neopan que queda actualmente de Fuji. Ha sido mi elección para 120.

Es muy buena pero no se sabe cuánto durará en el mercado. Fuji es especialista en producir cosas estupendas y liquidarlas muy rápido. En todo caso, tal vez sea deformación por el uso continuado, prefiero Ilford.

Waku, es una película muy buena pero con un grano demasiado fino para mi gusto. Tanto que parece digital. Le pasa igual al T-Max nuevo.